Dicen que menos es más y los fritos de cebolla es absolutamente más de lo que podríamos esperar.
Las cebollas siempre han sido generosas en Chile y es un ingrediente presente en casi todas las preparaciones caseras, sin embargo muchas veces se menosprecia las capacidades innatas de la cebolla. Yo me acuerdo haber comido muchas veces cebolla amortiguada y luego con un poco de limón, aceite y cilantro, simple y deliciosa ensalada de cebolla. Pero para los que les gusta lo crujiente y quieren disfrutar de la intimidad de la cebolla, entonces tienen que preparar un poco de harina y huevo y luego hacer una suerte de hamburguesa de cebolla que después de quitar el exceso va directo a freír en abundante aceite. Mucha gente pone merkén en el mismo aceite y la sal puede ir en el huevo aunque las cosas fritas tienden de por si a ser saladas.
Luego tenemos el puré. Que en realidad me cuesta un poco expresarme respecto de él porque además de ser mi favorito es nuevamente producto de la simpleza y la creatividad. No sé a quien se le habrá ocurrido por primera vez hacer un puré pero cuando lo hizo fue en un momento de iluminación absoluta. Ahora cuando una persona decidió poner pasta de ají sobre el puré dio paso a una nueva era en el paladar chileno. No hay mucho más que decir respecto de esto más que lo se ve en la foto que es pebre sobre el puré. Esto señores, no tiene palabras que lo expliquen mejor.
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